Cronología
histórica del Farum Brigantium, símbolo de Coruña
Reino
Céltico de Brigantia
Siglos II-I adC |
Faro
de Brigantia: primer nombre histórico del Faro
Conservamos referencias históricas de que el territorio donde
se encuentra el Faro pertenecía a una entidad política
o reino de Brigantia que existió antes de la invasión
romana. La extensión aproximada de este reino brigantino abarcaría
parte del Golfo Ártabro y Costa da Morte, y hay indicios históricos
de que su capital, la ciudad de Brigantia o Flavium Brigantium,
habría sido la actual ciudad de Betanzos, que en aquel periodo
tenía puerto navegable.
En la religión
celta, Brigantia era el nombre de una importante diosa, y la
palabra [Briga-], en la antigua lengua céltica, significaba
"elevado" o "sagrado". Además de la Brigantium
gallega, en el Atlántico también había otros
reinos de Brigantia en Irlanda y Gran Bretaña.
Desde la Edad del Bronce existió un intenso comercio marítimo
entre los finisterres atlánticos, y la ciudad gallega de Brigantia
era un importante puerto del tráfico comercial con las islas
británicas.
Es probable que
la entrada de la ría a la ciudad de Brigantia contase con un
sistema de simples emplazamientos o incluso pequeñas torres
para vigilancia y alerta del oppidum o ciudad principal del
reino brigantino. La más estratégica de esas atalayas,
situada en el exterior de la ría, en la península de
Coruña, se convertiría años después en
lo que se dio en llamar Farum Brigantium o Faro de Brigantia,
y que hoy conocemos con el nombre de Torre de Hércules.
De este periodo histórico del Reino de Brigantia originó
la leyenda más antigua que se conserva sobre el Faro --la leyenda
del Rei Breogán y de la conquista de Irlanda-- y a esta época
también pertenece el primer nombre histórico del Faro,
Farum Brigantium o Faro de Brigantia, que es el nombre por
el que se conoce al Faro durante toda la Edad Antigua y Edad Media.
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Gallaecia
romana
Siglos I-V dC |
Se
construye el faro romano
Los romanos invadieron Galicia atraídos por su riqueza comercial
y mineral, además de por su situación estratégica
en la ruta comercial atlántica. El historiador romano Cassio
Dio menciona en su obra Historia de Roma la arribada a "Brigantium,
ciudad de Gallaecia" de la armada del famoso general Julio
César en el año 62 adC. El geógrafo griego Claudio
Ptolomeo habla también de la riqueza comercial de la capital
brigantina, al describir en su obra Geografía del siglo II
dC la ciudad de Flavium Brigantium como "el gran puerto
de los Galaicos Lucenses".
Durante la ocupación
romana se desarrollaron nuevas infraestructuras y se mejoraron las
ya existentes, incluídas las torres de vigilancia o de señalización
marítima del Atlantico. Dos de estos faros atlánticos
construídos en la época romana se consérvan en
la actualidad: el de Dubris (Dover) en Britannia, y el de Brigantia
en Gallaecia. De estos dos, el faro de bergantiños es el único
faro de la época romana que aún continúa en funcionamiento.
El Farum Brigantium o Faro de Brigantia fue edificado en el
siglo II dC por Caius Servius Lupus, un arquitecto de Aeminium (Coimbra)
en la Lusitania, que dejó una inscripción conmemorativa
en una roca al pié de la torre. La nueva torre era más
alta que la probable construcción anterior, con unos 30 metros
de altura y tres pisos, y por su interior subía una rampa de
acceso al alto del faro. El edificio era de planta cuadrada y tenía
ventanas y puertas en la fachada, algunas de las cualess aún
se conservan en el interior.
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Gallaecia
Regnum
y
Reino de Galicia
Siglos V-XV |
Incursiones
escandinavas y uso militar de la torre
Hacia el año 407 los ejércitos de Roma se marchan de
Gallaecia y nace así un reino galaico gobernado por una monarquía
sueva. De los primeros años de este reino suevo de Gallaecia
nos habla la Historia adversum Paganos del historiador galaico Paulo
Orosio, que menciona el faro de Brigantia relacionándolo con
la navegación a Gran Bretaña: Brigantia, ciudad
de Gallaecia, donde se levanta un faro muy alto que mira hacia Britannia.
En Europa, la Baja Edad Media fue un periodo de guerras territoriales
e inestabilidad política que perjudicó gravemente al
comercio atlántico. Los principais socios comerciales de Gallaecia,
Gran Bretaña y el Mediterráneo, vivían tiempos
inseguros por las invasiones de sajones y árabes respectivamente.
Años más tarde, el Atlántico sufrió incursiones
de escandinavos y normandos y esto también afectó a
Brigantia.
En el año
844 una armada de 150 barcos escandinavos atacó Galicia y devastó
Brigantia, aunque la incursión fue finalmente rechazada por
el rey Ramiro en una batalla en la ría del "Farum Brecantium",
según describe la Crónica Rotense. A partir de este
intento de invasión se construyeron torres de vigilancia y
defensa por toda la costa gallega, y el Faro brigantino se convertió
en un puesto militar destinado a alertar a la ciudad de Brigantia
del avistamento de flotas normandas. Aún así, en el
año 1015 se coló otra armada escandinava liderada por
el futuro rey de Noruega Olaf Haraldsson, que fue directamente a la
importante capital brigantina hoy llamada Betanzos y la dejó
destruída.
Durante este periodo medieval, la Torre de Brigantia sufrió
gran deterioro tras el derribo de parte de su muro exterior. Desconocemos
si la causa de ese deterioro fue debida a daños militares recibidos
tras un ataque, a un derrumbe natural, a un periodo de abandono, o
a una combinación de estos factores.
Aparece la leyenda atlántica
de Breogán
Alrededor
del año 1050 se compiló en Irlanda el Leabhar Gabhála
Éireann o Libro de las Invasiones de Irlanda. La
obra es una historia irlandesa que mezcla acontecimientos históricos
con antiguas tradiciones bárdicas preservadas en la sociedad
irlandesa y recogidas por los monjes. El Leabhar Gabhála cuenta
que un rey Breogán de la ciudad de Brigantium construyó
una torre de vigilancia, llamada Tor Breoghain o Torre de
Breogán, desde donde un día pudo ver una nueva tierra
en dirección norte. Sus descendientes, Ith y Mil, reunieron
un ejército y partieron a la conquista de la nueva isla, que
ellos llamaron Irlanda.
Esta leyenda, compilada en el país gaélico vecino, era
también conocida en Galicia gracias a los intercambios comerciales
que la ciudad de Brigantia mantenía con Gran Bretaña
e Irlanda. Una prueba de esto es un texto gallego escrito entre los
años 900 y 1000 (casi un siglo antes que el Leabhar Gabhála)
llamado Trezenzonii de Solistitionis Insula Magna, que relata
cómo el monje Trezenzonio subió a la torre de Brigantia,
desde donde pudo ver una isla maravillosa muy a lo lejos en el mar,
y decidió embarcarse para ir a visitarla, igual que hicieron
los descendientes de Breogán, Ith y Mil.
La leyenda gaélica-galaica de la Torre del Rey Breogán
de Brigantia es la primera y la más antigua tradición
que se conserva a respecto de los orígenes del Farum Brigantium,
además de ser un único
caso de mitología compartida entre estos dos países
atlánticos.
Decadencia de Brigantium
y emergencia de Crunia
Hasta llegar a la Edad Media, la ciudad de Brigantium (cuyo nombre
evolucionó fonéticamente de Brigantium »
Breganzo » al medieval Betanzos) era la capital
comercial y política de su territorio, y el Farum Brigantium
era la torre que vigilaba y guiaba la navegación en la entrada
de su ría. La inestabilidad política, invasiones y guerras
de la Edad Media provocaron inseguridad y un cierto estancamiento
del histórico intenso comercio atlántico. La capital
de Brigantia entró en decline, y con ella su faro.
También durante la Edad Media, el nacimiento de la ría
de Betanzos fue acumulando sedimientos que hicieron que el antiguo
puerto brigantino ya no tuviese el calado necesario para acoger grandes
barcos. Así, cuando el Rey Alfonso IX de Galicia y León
decidió revitalizar la zona en el año 1208, escogió
un nuevo lugar, poco poblado, más próximo de la salida
de la ría: "Como
por la utilidad de my reyno estoy construyendo de nuevo una nueva
población cerca de la Torre de Faro, en el lugar que se llama
Crunia". Esta Crunia o Cruña estaba destinada a ser
el relevo maritimo de la ya decadente Flavium Brigantium.
El origen del nombre "Cruña" es discutido, pero las
teorías más consistentes desde un punto evolutivo etimológico
apuntan hacia el céltico "Clunia", que significa
"pradera".
Los reyes sucesivos fueron otorgando a la nueva población de
Cruña privilegios que favorecían el desarrollo económico,
especialmente la exención de impuestos y el permiso de libre
comercio con Inglaterra. La nueva ciudad emergióu rápidamente
como el principal puerto del Golfo Artabro, y la ría volvió
a renacer como el gran centro comercial atlántico de Gallaecia
que había sido anteriormente con Brigantia. En el siglo XV,
el puerto de Cruña se convertiría ya en el primer puerto
del Reino de Galicia y en uno de los principakes puertos comerciales
de Europa, y su flamante faro era su símbolo internacional
de prosperidad.
Primeras representaciones gráficas
del Farum
La representación
gráfica más antigua que conocemos del faro brigantino
es del año 1086 y se encuentra en el Códice de Burgo
de Osma, apareciendo la torre en el norte de Gallaecia, con el nombre
de Faro, entre el Santuario de Santiago y las islas de Britannia
e Irlanda.
En el mapa medieval más grande del mundo, el Mapamundi de Hereford,
Inglaterra, de cerca del año 1300, aparece igualmente la torre
brigantina representada de una manera destacada, situada en la costa,
al lado de Santiago de Compostela, y con un fuego ardiendo en lo alto
del faro para guiar la navegación.
El nombre más común del faro durante la Edad Media suele
hacer referencia a su dependencia de la ciudad brigantina: Farum
Bregantium, Farum Brecantium, Farum Pregantium,
Faro Brigantio... Con la emergencia de la nueva ciudad de Cruña,
va desapareciendo la referencia bergantiñana y el simple Faro
acaba quedando con una variedad de nombres como Castelo (Castillo)
o Castelo Vello (Castillo Viejo) hasta que en el siglo XIX
y XX se rebautiza el faro con el nombre de "Torre de Hércules".
Se escribe en Castilla el mito de
Hércules

El rei castellano Alfonso X
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Unos doscientos
años más tarde que el Libro de las Invasiones de
Irlanda, se escribe en la corte de Castilla a finales del siglo
XIII una Cronica General que recurre a la mitología
mediterránea para elaborar una historia del faro brigantino.
El mito coge al al héroe griego Hércules, que habría
luchado durante tres días contra un gigante de Troya llamado
Gerión, al que finalmente venció. Para celebrar su victoria,
el griego construyó la torre y trajo un grupo de gente para
que crearan una ciudad. Dice el mito castellano que esa gente fue
traída de Galatia, en Anatolia, y que "por esso fue
llamada aquella tierra Galizia".
Esta leyenda inspirada en la mitología mediterránea
será promocionada durante el siglo XIX y XX, cuando el faro
de Coruña es rebautizado con el nombre de "Torre de
Hércules".
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Siglo
XVI |
Primeras
representaciones de la Torre como Escudo de la Ciudad
La primeira representación
conocida del Escudo de Coruña es del año 1448, en un
pequeño sello circular de 5 cm validando un seguro comercial
otorgado por el Ayuntamiento a un mercader portugués. Aquí,
el faro aparece terminado con una bóveda semicircular, con
un farol colgado en lo alto de la torre, y con una concha acompañando
a la torre en cada lado.
Del año
1552 se conserva otra representación del escudo, en una Carta
Real ejecutoria del rey Carlos V. En este diseño, con más
detalle, se representa el mar, la rampa que sube por los muros de
la torre -que termina en bóveda semicircular-, y el farol con
fuego colgado en lo alto del faro. Bajo la torre aparece una cabeza
de rey con su corona, y el conjunto está rodeado de ocho conchas
vieiras.
Las siguientes
representaciones, como la del Escudo de piedra de las escaleras del
Palacio del Ayuntamiento de Coruña, del siglo XVI, suelen mostrar,
con algunas variaciones, la Torre con su rampa exterior, el farol
colgado en lo alto del faro, la cabeza debajo de la torre, y siete
conchas vieiras acompañando al Farum. Algunos escudos, como
el de las escaleras del Palacio del Ayuntamiento y el de los Jardines
de San Carlos, tienen sobre ellos el Santo
Grial del Reino de Galicia.
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Siglo
XVII |
Vuelve
a reaparecer la leyenda de Breogán
En
diciembre del año 1601 los irlandeses pierden la Batalla
de Kinsale contra Inglaterra y el país gaélico entra
en sus Siglos Obscuros. Cientos de nobles gaélicos,
con sus familias, se ven obligados a abandonar Irlanda para evitar
represalias de las fuerzas ganadoras. Este exilio masivo de irlandeses
arribó principalmente al puerto de Coruña, vecino geográfico
de Irlanda, y muchos de ellos deciediron quedar a vivir en esta tierra,
que tanto les recordaba a la que habían tenido que abandonar.
Uno de estos nuevos gaélico-galaicos era el Conde Hugh O'Donnell,
que escapó de Castlehaven el 6 enero 1602 y arribó a
Coruña en el 14, donde fue recibido con todos los honores.
Segú la Popular
History of Ireland, uno de los primeros actos de ODonnell
fue "ir visitar la Torre de Betanzos, desde donde, según
leyendas bárdicas, los hijos de Milesius partieron en la búsqueda
de la Isla del Destino".
Esta crónica
de la llegada del Conde O'Donnell, que quedó a vivir en Coruña
hasta su muerte ese mismo año, se refiere al faro coruñés
como Torre de Betanzos en clara alusión a su histórico
nombre de Farum Brigantium o Torre de Brigantia. De ese mismo
siglo XVII se conserva un escudo de Betanzos con la leyenda "Antigua
Brigantium", además del mapa del Reino de Galicia
del geógrafo Giacomo Cantelli donde aún aparece la ciudad
de Betanzos junto a su antiguo nombre, Flavium Brigantium,
ya de menor importancia que el gran puerto de Corunna y su
"Torre di ferro" o Torre do Faro.
El hecho de que el Conde O'Donnell fuese llevado de visita al faro
brigantino muestra que la leyenda de la colonización gallega
de Irlanda todavía seguía siendo conocida en Galicia
en el siglo XVII, tres siglos antes de que se popularizara la figura
de Breogán en el himno nacional gallego. También en
este siglo XVII circula por Galicia la historia de un rei Gatelo
(galleguización del nombre gaélico Gaedhel),
que fundó la ciudad de Brigancia, se casó con
la princesa Scota, y después se fue a colonizar Irlanda
y Escocia. Posteriormente, en el siglo XVIII, el nombre de este rey
ya es mencionado con el nombre de Brigo, y en el siglo XIX
se popularizará el conocido nombre de Breogán.
Otro
periodo más de abandono
El siglo XVI fue un periodo de recesión económica por
culpa de las guerras que España mantenía contra los
principales socios comerciales del Reino de Galicia, Inglaterra y
Flandes, además de los consecuentes aumentos de impuestos y
reclutamientos militares. El faro volvió a sufrir un periodo
de abandono y deterioro, como pone de manifiesto la crónica
que cuenta la visita del Conde irlandés O'Donnell en 1602 a
"los restos de la torre".
En el año 1682, el gobernador del Reino de Galicia, Duque de
Uceda, procedió a una reparación del estado del Castelo
Vello, como así se llamaba el antiguo faro en aquella época.
Los trabajos fueron dirigidos por el arquitecto Amaro Antunez, que
hizo reparaciones generales, construyó dos pequeñas
torres en lo alto, y una escalera interior de madera para comunicación
entre los diferentes pisos de la torre.
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Siglo
XVIII |
Peticiones de reparación y Cornide Saavedra

El ilustrado gallego Joseph Cornide Saavedra e Folgueiras
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Desde finales del
siglo XVI y todo el XVIII, se suceden las peticiones al gobierno español
para que el faro fuese reparado, peticiones que fueron apoyadas por
los tradicionales socios comerciales marítimos del Reino de
Galicia, Inglaterra, Flandes y Holanda, a través des sus cónsules
en Coruña. Las peticiones gallegas no fueron tenidas en cuenta
hasta finales del siglo XVIII, cuando el rey español Carlos
III por fin accede a las demandas de reparación del faro, que
en aquel momento dependía de la Provincia Marítima de
Ferrol, dependiente a su vez del Ministerio de Guerra.
Entre todas las peticiones e iniciativas a favor del Faro, destaca
por su transcendiente influencia el trabajo de investigación
histórica del ilustrado gallego Joseph Cornide Saavedra
e Folgueiras, que dedicó tres décadas de su vida a compilar
el estudio más extenso hasta entonces realizado sobre la historia
del Faro. Las investigaciones de Cornide servieron como asesoramiento
para la restauración final de la Torre en base al patrón
arquitectónico histórico de la construcción.
Se
realiza la reconstrucción final del Faro
Las demandas de reparación del Faro fueron finalmente aprobadas
en 1788 por el rey Carlos III, y la nueva torre en estilo neoclásico
tal como la conocemos hoy fue terminada en el año 1791 por
el ingeniero del arsenal de Ferrol Eustaquio Giannini.
» La obra añadió una nueva construcción
en lo alto de la torre, destruyendo el antiguo techo semicircular
y substituyéndolo por los dos pisos octogonales donde se situó
la linterna del faro.
» La estructura interna de la torre fue en general conservada,
con la excepción de la construcción de la nueva escalera
en sillería que comunica todos los pisos de la torre.
» La estructura exterior fue completamente reconstruída,
añadiéndose las ventanas neoclásicas y las características
bandas diagonales que suben por el muro, hechas estas, nos dice Cornide,
para conservar la memoria de aquella rampa exterior que tenía
la torre.
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Siglos
XIX - XXI |
El
Farum Brigantium pasa a llamarse "Torre de Hércules"
Sabemos que durante
la Edad Antigua y la Edade Media el Faro era conocido con el nombre
de Farum Brigantium o Faro de Brigantia, y que, tras la decadencia
de la ciudad de Flavium Brigantium y emergencia de Cruña,
la torre empezó a ser conocida por diferentes nombres como
"Faro" o "Castelo Vello".
En el año 1792, el erudito Joseph Cornide confirma que existen
"fábulas" que atribuyen la fundación de la
Torre al griego Hércules de la Crónica General
castellana, y también a un rey Brigo que colonizó Irlanda,
pero reprocha el que el verdadero fundador del faro, de conocerlo,
habría que atribuírselo al emperador Trajano que era
quien gobernaba en aquel periodo el Imperio Romano.
Probablemente el ilustrado coruñés estaría contento
de que el monumento histórico de su ciudad se conociese por
todo el mundo como "Faro de Coruña", pero
el trabajo divulgativo del hispanista y miembro de la Real Academia
Española, Ramón Menéndez Pidal (18691968),
junto a la fascinación del público romántico
por lo mundo griego y los personajes fantásticos, terminaron
con que "Torre de Hércules" acabase por convertirse
en el nombre moderno del faro brigantino.
Durante el Rexurdimento
o renacimiento de la cultura gallega del siglo XIX y comienzos del
XX, los primeros galleguistas promocionaron también la figura
del Rey Breogán de Brigantia, fundador gallego de Irlanda,
que, con diferentes nombres, seguía presente en el imaginario
gallego. Eventualmente, con la ayuda del Bardo Eduardo Pondal y el
Presidente de la Real Academia Gallega, Manuel Murguía, las
hazañas de Breogán le valieron un puesto de honra en
el Himno Nacional de Galicia, pero el rey de Bergantiños perdió
la partida del bautizo moderno de su torre, que se la ganó
el héroe mediterráneo.
Aún perdiendo el nombre de su Torre, Breogán recibió
un justo homenaje del ayuntamiento de Coruña, que situó
alrededor del faro una estatua del Rey de Brigantium hecha por Xosé
Cid, un mosaico alegórico con los símbolos de los países
celtas hecho por Correa Corredoira, y un conjunto de mehires erigido
por Manolo Paz que simboliza la Cultura Megalítica Atlántica
que comparten todos los finisterres celtas.
Patrimonio de la Humanidad
Desde
la reconstrucción de 1788, la nueva torre de estilo neoclásico
quedó igual que la vemos hoy, con apenas algunas modificaciones
y mejoras estéticas, entre ellas el acondicionamento turístico
del Agra do Castelo Vello, como así se llamaba a toda
la zona que está alrededor del Faro.
El Faro de Coruña es el único faro del mundo que lleva
en funcionamiento durante dos milenios.
Igual que Jerusalém era el gran centro de peregrinación
del mediterráneo y Santiago de Compostela en Galicia era el
grande centro de peregrinación del Atlántico, el Faro
de Coruña era el principal faro del Atlántico como el
Faro de Alejandría era el principal faro del mediterráneo.
El Faro de Coruña es también el centro de una milenaria
mitología que sitúa aquí los orígenes
históricos del nacimiento de Irlanda, un próspero Estado
miembro de la Unión Europea y una de las naciones más
conocidas en todo el mundo. El Faro de Coruña es un ejemplo
milenario de mitología compartida entre dos países atlánticos.
Por su vital importancia para millones de navegantes y comerciantes
del Atlántico durante los pasados dos mil años, y por
su milenaria tradición mitológica que sitúa en
este lugar la fundación de Irlanda, el Faro de Coruña
merece ser reconocido por la UNESCO como Patrimonio
de la Humanidad.
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la candidatura a Patrimonio de la Humanidad!
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